Se optó por instalar una cocina Santos, por su calidad y diseño, con un mostrador de roble y un acabado lacado de color azul. El color azul era uno de los factores que la familia tenían más claros, querían una cocina azul, y nos pareció un color perfecto para ellos, logrando así una cocina moderna, jovial y para todas las edades.
Se propuso un mostrador en forma de península, ya que de esta manera se aprovechaba el espacio de esquina y la luz natural que disponía el ambiente. La parte posterior y que separaba la cocina de la sala de estar, se dotó de estanterías, también con la misma madera de roble y el lacado azul del resto de cocina.
Además, se añadieron armarios y estantes en la parte central, siguiendo el mismo diseño, y detalles como un contenedor para residuos orgánicos, empotrado en el mostrador.
Se ha conservado la mesa redonda con las sillas y el banquete de madera, preservando así la esencia histórica del espacio (no siempre hay que cambiarlo todo para hacer una reforma de éxito!). Así pues, manteniendo estos muebles, y a través del proyecto, se ha conseguido la armonía deseada.
El resultado ha sido una cocina funcional para utilizar en las frecuentes visitas familiares, y así poder disfrutar de grandes ratos en la terraza con los más pequeños, sin tener que desplazarse ni cambiar de planta.